05/Ene /2024
Recomendaciones del Departamento de Socorrismo frente a las altas temperaturas
Recomendaciones del Departamento de Socorrismo frente a las altas temperaturas

Llegan las altas temperaturas y todos nos vemos afectados por ellas, por lo que hay tomar especiales recaudos para poder transitar el calor sin mayores inconvenientes. En el caso de los Bomberos Voluntarios, por su actividad de alta exposición, los cuidados deben ser mayores. Por eso dejamos una serie de recomendaciones desde el Departamento de Socorrismo de la Academia Nacional de Bomberos.

Durante las intervenciones, cuando pasamos muchas horas de pie, haciendo grandes esfuerzos físicos y sometidos a altas temperaturas, podemos sufrir dolorosos calambres musculares, por lo general en las piernas o en el abdomen, que se deben a la ausencia de reposición del cloruro de sodio (sal), que suele perderse por sudoración o desequilibrio electrolítico, que implican que cambia la cantidad de agua en el cuerpo. Para tratar este problema se recomienda trasladarse a un lugar fresco, realizarse un masaje/estiramiento muscular, la ingesta de energizantes o bebidas deportivas*. En caso de agravamiento de los síntomas se debe trasladar a un nosocomio.

Otro de los problemas a los que podemos enfrentarnos es la deshidratación que se genera por la ausencia de restitución de líquidos de las pérdidas en sudor y se manifiesta a través de sed, náuseas, excesiva fatiga, cefalea, hipovolemia (desequilibrio en el cuerpo por la disminución de líquidos), disminución de la termorregulación y de la capacidad física y mental. Para enfrentar este estado se recomienda restituir la pérdida de sudor con bebidas deportivas*; reposar en un sitio fresco hasta que se restituya la pérdida de peso corporal y agua. En algunos pacientes se requiere rehidratación.

También podemos llegar a sentir un agotamiento por el calor, debido a la tensión excesiva que genera el mismo sumado a la ingesta inadecuada de agua, problemas cardiovasculares con acumulación venosa, menor tiempo de llenado cardiaco, disminución del gasto cardiaco; cuestiones que sin evaluar pueden avanzar hasta el shock térmico ¿Cómo se manifiesta este problema? A través del gasto urinario bajo, taquicardia, debilidad, marcha inestable, fatiga extrema, piel húmeda y pegajosa, cefalea, mareo, náusea, colapso. Ante estos síntomas se recomienda ubicarse en un lugar más fresco, enfriarse el cuerpo con agua y ventilación e ingerir bebidas deportivas*. También se recomienda el traslado a un centro asistencial o la evaluación de un profesional de la salud.

Por último, podemos enfrentarnos a un Golpe de calor que es causado por una temperatura corporal central de 40.6 °C; disfunción común de múltiples órganos, aparatos, y sistemas por causa del calor; trastorno neurológico con disfunción del centro termorregulador. Esto se traduce en cambios del estado mental; conducta irracional o delirio; posible tiritar; taquicardia inicialmente y después bradicardia tardía (el corazón late menos de 60 veces por minuto); hipotensión; respiración rápida y poco profunda; piel seca o húmeda, caliente; compromiso del SNC (sistema nervioso central), convulsiones y coma. Frente a este cuadro debe aplicarse con urgencia un enfriamiento inmediato por inmersión en agua, humidificar al paciente o envolverlo en paños húmedos fríos y ventilarlo, todo esto hasta que la temperatura corporal sea de 38.9 °C. No obstante, más allá de aplicar este tratamiento se recomienda activar el sistema de emergencias inmediatamente.

Ante estos eventuales escenarios, la recomendación desde el Departamento de Socorrismo es que, si nos encontramos trabajando en una intervención donde la temperatura es elevada, hay que procurar mantenerse hidratados siempre, no esperar a tener sed ya que puede ser tarde. También se debe evitar consumir gaseosas o alcohol; en la medida de lo posible, vestir ropa holgada, liviana de colores claros (esto para lo cotidiano, teniendo en cuenta que durante las intervenciones los bomberos voluntarios usamos el equipamiento adecuado); usar protector solar (aplicable en incendios forestales), comer fruta y vegetales, intentar descansar en un lugar fresco y seco.

“Lo que tiene que quedar claro es que, en todas las especialidades, el personal interviniente debe reconocer los síntomas de cada cosa y no esperar a último momento para hidratarse. Cada vez que se pueda ir a un punto de descanso o hidratación, hay que hidratarse, como regla básica” expresó el coordinador del Departamento Of. Ppal. Eduardo Subiría.

Sabemos que entramos en una época de gran exigencia para los Bomberos Voluntarios. Los cuidados son fundamentales para poder seguir dando lo mejor en cada emergencia.

 

*cabe destacar que no todas las personas pueden consumir este tipo de bebidas. Se recomienda consultar con el médico antes.

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